¿Hablemos de sexo?

La otra crisis: Enajenación sexual

            La estimulación temprana, necesaria para el desarrollo cognitivo, físico y social, no se salta las etapas madurativas y los periodos sensitivos de los niños. Por eso, ningún estudioso de esta ciencia pretenderá que un bebé, como ya nació con piernas, empiece a practicar algún deporte de pelota. O que, como ya tiene pulmones, se inicie en el manejo de un instrumento de viento. Que un niño tenga brazos y manos, piernas y pies, o nariz y boca, no quiere decir que no necesite un periodo de maduración, de crecimiento y aprendizaje, antes de empezar a utilizar con destreza cada una de esas extremidades u órganos fonadores.

            Por eso, los ideólogos de género que afirman que hay que empezar la estimulación sexual desde la más tierna infancia; con la excusa de que todos los bebés nacen con órganos sexuales; muestran a las claras una ignorancia y un afán de manipulación ideológica que nos debería hacer reaccionar. Porque esa ideología de género, que pretende iniciar a nuestros hijos en el “disfrute de su sexualidad”, ya se está impartiendo en nuestros colegios desde la etapa de Infantil, camuflada en talleres diversos, con títulos engañosos y en horario escolar, para que las familias no sospechen nada en absoluto.

            Dicen que la ignorancia es muy atrevida, pero aún lo es más el querer imponer la falsedad a sabiendas, con la intención de deformar, de desgraciar, el sano desarrollo de nuestros hijos. Nos estamos jugando su inocencia, su felicidad presente y futura. ¿Nos vamos a quedar de brazos cruzados? Quizá ya va siendo hora de preguntar en el colegio por el ponente y el contenido de ese taller que se va a impartir en el curso de nuestro hijo. ¿No creen?

Impúdica adicción

La otra crisis: Cegados por el móvil

            El vagón del metro iba repleto de gente joven, la mayoría cómodamente sentados, y ninguno fue capaz de cederle el sitio a una señora mayor; con muleta incluida; que acababa de entrar. Ahí se quedó, de pie, apoyada contra la puerta y haciendo verdaderos esfuerzos para no perder el equilibrio.

            Y uno podría pensar qué maleducados fueron todos esos jóvenes, incapaces de levantarse de su asiento para que se sentara la anciana. Pero no, no se trató de mala o buena educación. Simplemente no advirtieron la presencia de la señora, porque ninguno de ellos alzó la mirada ni un solo segundo, hipnotizados como estaban por las pantallas de sus móviles.

¿Incentivar lo prohibido?

La otra crisis: Una adicción sexual promovida y penada

            Rosa Sanchis Caudet, con la ayuda de un nutrido grupo de docentes, ha elaborado la guía de Educación sexual “Els nostres cossos, els nostres drets” que, por imposición de nuestra Conselleria d’Educació, se imparte a nuestros escolares de Secundaria y Bachillerato.

            Con todo tipo de detalles, material audiovisual incluido, nuestros jóvenes reciben charlas sobre diversos temas, entre los que está el titulado “Que no se nos olvide el placer. Erotismo individual y relacional”. ¿Y el contenido? Pues fantasías sexuales, la masturbación en pareja, la seducción, la sexualidad infantil…

            Esta guía habla constantemente de derechos y nunca de deberes. Y así, como si la erotización no fuera adictiva, estos adolescentes crecerán creyendo que todos sus deseos sexuales han de ser satisfechos. Y por eso las jóvenes, también los jóvenes, recibirán, en determinados ambientes de forma insistente, propuestas para mantener relaciones sexuales esporádicas y sin compromiso alguno.

            Y después, de forma hipócrita, esos mismos que promocionaron esta guía de derechos sexuales, abriendo la caja de Pandora, exigirán al Gobierno que todos los delitos sexuales sean castigados con prisión. Y todo porque han querido olvidar que la castidad es una virtud que regala a nuestros jóvenes una profunda alegría vivida en libertad. Una virtud que les dotará del valor necesario para contestar que no y también de la dignidad para no proponer lo que no les es lícito obtener.

Amigos de lo ajeno

La otra crisis: Tropezó de nuevo con la misma pluma

            Más de uno afirmará que es muy poca cosa, que no valdría más de trescientos euros… Pues para mí tenía muchísimo valor, pues fue el regalo de boda de uno de mis primos. Y todo porque también le hizo gracia a una persona que aprovechó un despiste mío para arrebatármela.

            Pasó el tiempo y mi primo, con la ayuda de mi tío, me dio un dinero para que me comprara otra pluma que me hiciera olvidar el hurto de la anterior. Y así me hice con una de origen francés valorada en cerca de doscientos euros. Pues resulta que hoy también he dejado de ser el dueño de esa segunda pluma. No sé qué tendrán las estilográficas que tan atractivas resultan para los amigos de lo ajeno.

            Dicen que a la tercera va la vencida y por eso, por si acaso, desde hoy voy a llevar en mi bolsillo una pluma sin valor metálico ni sentimental alguno. Aunque lo más triste de todo es que esas dos personas que se atrevieron a hurtar algo tan pequeño e insignificante, si no cambian, serán capaces de robar cosas mucho más valiosas si se les presenta una oportunidad favorable.

Stop a toda violencia

La otra crisis: Indignación de género

            Sufría un hematoma en la cabeza, tenía un brazo fracturado y cinco costillas rotas, pero su agresor, tras ser detenido, quedó en libertad provisional con cargos. Quizá esta decisión de la juez tenga una clara explicación para los defensores de la ideología de género, pues la víctima no era una mujer… sino un bebé “varón” de dos meses de edad.

            El pequeño, por desgracia, no ha podido superar las graves lesiones que su padre, autor confeso, le ocasionó con palizas reiteradas. Ahora ya no hay ley de género que le ampare y todos y todas esperamos que se haga justicia y pague por el terrible crimen que ha cometido.

Libertad de expresión plural

La otra crisis: Mordaza de género

                  Los progresistas de nuevo cuño son muy tolerantes con las opiniones de los demás, siempre y cuando coincidan con las suyas, claro está. Por eso alzarán la voz escandalizados, se rasgarán las vestiduras y censurarán sin piedad a todo aquel que se atreva a poner en duda la veracidad absoluta de su ideología de género.

                  Por eso podemos afirmar sin ningún tipo de duda que en España existe la censura, la tergiversación premeditada y la intolerancia. Porque por culpa de esa ideología de género; venerada por el Partido Popular y Ciudadanos; nadie puede decir que también hay hombres que son víctimas de la violencia doméstica, que existe la violencia física y la psicológica, que todos los españoles deberíamos ser iguales ante la ley, que los niños sufren violencia psicológica cuando sus padres deciden poner punto y final a su matrimonio o que muchos ancianos también la sufren cuando son llevados, contra su voluntad, a una residencia para mayores.

                  Los progresistas de nuevo cuño olvidan que todos y todas estamos hechos de la misma pasta, que todos y todas somos capaces de hacer el bien y el mal, y que las personas que han caído en la cuenta de esta evidencia son mucho más tolerantes para con el prójimo. Porque hay hombres que se esfuerzan por hacer el bien y otros a los que no les importa hacer el mal, y también hay mujeres que actúan de igual forma. Negar esto es negar la realidad, es querer ocultar la verdad. Esa misma verdad que las leyes de ideología de género; aprobadas por el PP, Ciudadanos, PSOE, Podemos y demás; censuran y condenan.