Defendamos las dos vidas

La otra crisis: Aborto electoral

            Por fin Pedro Sánchez ha visto la oportunidad partidista para convocar las elecciones generales el próximo 28 de abril. Causa sonrojo escuchar de sus labios que lo ha hecho pensando en el bien de España, cuando todos sabemos que solo mira por él y por su partido; en este orden de prioridades.

            Los españoles vamos a ir de nuevo a votar y, tras unos años de cobarde silencio, la defensa de la vida del no nacido va a saltar a la palestra en la próxima campaña electoral. Solo por esto, ya quedaría más que justificada la presencia de Vox en la vida política española. Gracias a este partido, el señor Casado, candidato del Partido Popular a la presidencia, ha tenido que desempolvar del ideario “humanista” de su partido la defensa de la maternidad y la necesidad de ayudar a todas aquellas mujeres que, ante un embarazo no deseado, se encuentran desamparadas y sin otra alternativa que acabar con el hijo que crece en sus entrañas.

            Porque en pleno siglo XXI nadie en su sano juicio puede negar lo que la ciencia demuestra: el embrión formado, por la fusión de un espermatozoide y un óvulo, tiene un código genético completo, necesario para las capacidades que lo convierten en un organismo vivo, distinto de la madre, y que todo desarrollo humano se da a lo largo de un proceso continuo.

            Y es que el “ser progresista” no se puede identificar con dar facilidades a las mujeres para que aborten de forma segura y gratuita; sin pensar para nada en la nueva criatura que ya existe dentro de ellas; sino en solidarizarse con su nueva situación y tratar de sacar adelante a los dos, tanto a la madre como al hijo, transformando los centros de planificación familiar, centrados únicamente en la cultura de la muerte, en instituciones donde las mujeres se sientan acogidas, comprendidas, y se les dé la oportunidad de decir sí a la vida de sus hijos y a su propia felicidad.