La otra crisis: A la espera de un pacto educativo

 

            Pedro Sánchez no sabe aún si podrá ser investido presidente y anda con la vista puesta en unas posibles próximas elecciones. Eso sí, ya cuenta con una reforma educativa aprobada en uno de sus consejos de ministros y ministras de la pasada legislatura. Esa reforma no se pudo hacer efectiva porque fuimos convocados a pasar por las urnas y no fue refrendada por el Parlamento.

            Esa reforma educativa, como no podía ser de otro modo, asume los principios progresistas de la izquierda e ignora las demandas de los centros privados concertados y de colectivos y partidos políticos conservadores. Y es que hoy en día, tal y como andan los ánimos, es imposible llegar a un gran pacto por la educación. Pero esto no debe servir como excusa para que cada uno, desde su responsabilidad como progenitor, docente o discente, asuma su responsabilidad y trate de cumplir con sus deberes y vele por los derechos de los demás.

            La ley educativa vigente, la LOMCE del señor Wert, asume muchos de los postulados de la LOE de Zapatero, y por eso, si uno se lo propone y se estudia su articulado, sin importar si es de izquierdas o de derechas, seguro que encuentra aspectos que le agradan y que podría asumir para mejorar la calidad educativa de su comunidad.

            Porque lo fácil y lo cómodo, para no hacer absolutamente nada, es quejarse de las deficiencias de una ley educativa que aprobó el gobierno “de los otros”. El gran pacto educativo nunca llegará y por eso tendremos que asumir también la reforma de Pedro Sánchez y responsabilizarnos para aplicar todo aquello que redundará en una mejora de la calidad educativa. Menos quejas y más actuar, ¿no creen?

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